El adoquín es un pavimento flexible de hormigón, formado por piezas individuales auto trabantes. Sobre un terreno adecuadamente compactado, se coloca un colchón de arena, y luego de instalar las piezas se someten a un proceso de vibrado con arena para junta, lo que garantiza la durabilidad del pavimento. Entre sus ventajas tiene la facilidad de que el mismo puede ser levantado en caso de ser necesario algún trabajo de reparación del área, para luego volverse a colocar sin que dicha intervención afecte el aspecto estético del pavimento y sin incurrir en costos de demolición, bote y sustitución del mismo. Además, el pavimento puede ser abierto al tránsito tan pronto ha sido colocado, evitando traumas de tránsito en el área de la reparación.

Disponible en diferentes espesores y resistencias, esto permite que sean utilizados en las más variadas aplicaciones, desde un área peatonal hasta una avenida de alto tránsito o un patio de almacenamiento de contenedores.

Además, es un pavimento verde que otorga puntos para certificación LEED pues tiene cierta permeabilidad que permite la recarga de las aguas del subsuelo y además reduce el calor de la zona en comparación con otros pavimentos, como el asfalto.